miércoles, 30 de noviembre de 2011

DECLARACIÓN REUNIÓN ÁREA ANDINA-OCLAE


No se ha hablado por décadas de la magia del mundo, de la riqueza mundana, de la vida como opción de libertad. ¡No nos asombra! Todas las quimeras del pasado son espejismos comerciales del ahora. El mundo parece terminado, absoluto, inamovible. Fukuyama dictó el cierre del atril de la historia, que movía la imaginación. Las universidades son ahora refugios aparentemente inertes de donde no sale sangre nueva. Las fabricas y hospitales son igual de febriles, porque el ocaso es igual para el trabajador que para el enfermo. Y en este mundo de capitalismo ecléctico, austero y agnóstico es cada vez más difícil insistir en que el falaz arco iris del mercado, está hecho de tinieblas. Sin embargo, la carnicería del hombre por el hombre no puede llegar en nuestro tiempo a tal punto de soberbia y mentira, que sea eternamente imperceptible para los hombres de abajo, para aquellos que la padecemos.
La crisis económica mundial es una falla en el conjunto de engranajes, es una diminuta rueda que cayó de la estructura y desestabilizó el funcionamiento. El maquillaje se destiñe, pese a los intentos por remacharlo con inútiles patadas de ahorcado. La correlación de fuerzas se debate entonces entre quienes intentan sostener (como lo han hecho siempre) el eterno engranaje, quienes quieren tomarlo tal como está y cambiar su gastada cosmética, y quienes cansados de la imponente maquila buscamos acabar con aquel orden deshumanizante de esta larga noche neoliberal.
Las y los estudiantes Latinoamericanos hemos dicho: ¡basta! Hemos convertido las calles en fuente primaria de la democracia y comenzado a desenmascarar la forma rapaz y violenta en la que el modelo neoliberal destruye la educación y la soberanía de nuestros pueblos. Hemos convertido nuestras voces en un solo canto por la defensa de la educación pública, gratuita y de calidad, y por la unidad Latinoamericana; por la construcción de una patria grande, digna y soberana, como la soñaran nuestros próceres, que se extienda en un solo abrazo desde el sur de río Bravo, hasta la Patagonia.
Este canto Andino, un halo de vida ha llenado el torrente de nuestra historia presente, es el renovado y victorioso movimiento de los estudiantes Peruanos que, cual fénix justiciero, renace para levantar las banderas de la unidad y la reforma universitaria. Son las voces implacables que se levantan desde las tierras Colombianas para poner freno a la ola privatizadora de gobiernos pro-imperialistas y neoliberales; poniendo en marcha una larga lucha por construir una universidad al alcance sus sueños. Es el grito enardecido de las y los estudiantes Ecuatorianos que reclaman su derecho inalienable de la educación gratuita; al tiempo que claman por la libertad de Marcelo Rivera, dirigente estudiantil. Es la voz solidaria que desde los Andes Americanos se hermana con las y los estudiantes Chilenos que han tomado por asalto las calles para echar abajo los caducos restos dictatoriales y mercantilistas de la época de Pinochet, y que se han levantado con altivez y arrojo para exigir una educación gratuita y de calidad.

Las y los estudiantes Latinoamericanos, herederos y continuadores de las justas luchas de nuestros pueblos, no hemos sido inferiores al reto histórico que tenemos ante nuestras vidas; hemos salido a la calles de manera contundente a defender lo que es nuestro, no de los estudiantes sino del pueblo Americano en general; hemos demostrado las solidez de nuestros argumentos y la firmeza de nuestras convicciones en las aulas de clase, en las asambleas universitarias, en las marchas, en los foros académicos, con las organizaciones sociales, y en todos los espacios a los cuales nuestras voces dignas, claras y constructivas han podido llegar.

Sin embargo, tan importante esfuerzo no es suficiente para la contienda que hoy nos reúne. A 93 años de ese importante referente histórico, que es el Manifiesto de los estudiantes Córdoba, necesitamos seguir avanzando en consolidar nuestras propuestas y concretar nuestros sueños de universidad; evidenciando cual es la universidad, para la definitiva independencia, que necesitan nuestros pueblos y que oponemos a la actual imposición mercantilista y deshumanizante que tenemos ante nuestras vidas. Ante este reto, requerimos referentes organizativos fuertes, consolidados, desprovistos de cualquier sectarismo y con la entereza ética y política para avanzar en la difícil tarea de construir caminos de unidad hacia la necesaria organización estudiantil, que mediante la unidad en la diversidad logre no solo defender lo poco de pública que conservan nuestras universidades; sino que sea esta organización el bastión y la herramienta más útil para avanzar en la concreción de una América Latina en paz y con justicia social.


Perú, 27 de Noviembre de 2011

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